Un blog perezoso necesita un paron de cuatro meses. La regularidad y la constancia matan la pereza y no estaba por la labor.
Además el verano es la estación de la pereza ( o debería serlo) por lo tanto homenaje a mi blog. Autohomenaje, que coño, que ya no tengo abuela.
Ante la crisis más pereza que nunca, que no nos vendan motos.
Texto breve de reencuentro, ya hablaremos pero despacito, que tenemos pocos cardiólogos.
Y recordad que la libertad está escondida trás un sueldo Nescafe.
P.D. Seguro que el de la foto no sufre la depresión postvacacional
